
Que ironía, el traidor de sus propios principios eligió siempre darle la espalda a sus valores, y cortarle la cabeza a quien mas amaba, y así fue como empezó el final, en el funeral de su paciencia. Cuando se esfumo en sus ojos la esperanza de verlo crear vida, solo pudo verlo destrozar campos, arruinar viñedos y secar ríos. No era mas que un saco de maldad cubierto de pastos secos. No había otro camino que la retirada, en alerta de que nunca mas, jamás volvieran a pisar al mismo tiempo el mismo lugar.
Tortuga Rosada.
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